domingo, 7 de agosto de 2011

LA ESTRATEGIA DE MALVINAS SE REPITE EN NUESTRO FUTBOL


Primero salvemos las diferencias para no faltarle el respeto a quienes dieron su vida por defender la soberanía de este país. No es mi intención comparar una sangrienta y dispar guerra con la organización de fútbol argentino, fagocitar esa comparación seria muy estúpido y hablaría por lejos de lo ciego que me estoy volviendo por defender el fútbol argentino. Aclarado que la intención no es esa, comienzo este articulo.

Desgastada por el paso del tiempo, políticas económicas extremas y impopulares y años de sangrienta represión, la dictadura del 76 se empezaba a desmoronar y el ultimo manotazo de ahogado de la dictadura para obtener el consenso popular y poder seguir sosteniendo en el tiempo el maquiavélico plan de exterminio selectivo y neoliberalismo extremo fue apelar al patriotismo.
En aquel momento el plan fue un éxito, las plazas se llenaban y todo el país se movía en post de un patrioterismo que les impidió ver los hilos detrás de la marioneta.
Todos se habían olvidado de que se vivía en una dictadura, que eramos un pueblo sometido, que nuestras libertades habían sido anuladas y que innumerables violaciones a los derechos humanos fueron suscitadas, violaciones que aun hoy día estamos tratando de reparar.
El olvido llevaba el nombre de Malvinas, nos olvidamos de todo por la patria, nos manipularon el sentimiento para seguir sometiéndonos, y lo lograron.

Hoy en la AFA pasa lo mismo, salvando las diferencias como ya aclare mas arriba. Nadie va a negar que la AFA es una dictadura y que no cuenta con el apoyo popular. Nuestra voz nunca es escuchada, nos imponen técnicos que nadie quiere, nos llenan de fracasos que ya no podemos tolerar, los clubes se funden y el fútbol argentino cae barranca abajo sin rama a la que aferrarse.
Pero parecía que esta dictadura estaba por caer, quizás el termino sea demasiado optimista, pero al menos el escudo empezaba a agrietarse. El descontento popular sonaba en los medios y mas que nunca en oficinas y bares. La gente se manifestaba en repudio a los grotescos de gente desquiciada de poder.

Pero como en aquel momento tan trágico para todos los argentinos, la dictadura saco su ultima carta, el patriotismo.
Nos volvieron a imponer un técnico que nadie quería, su nombre Sabella.
Fiel agente de las fuerzas oscuras de la dictadura y conocedor de la historia del país, sabia que tenia que dar vuelta el descontento popular que sobre el, y su emperador, caía.
Sabiendo que en este país la memoria es muy frágil y que tenemos una tendencia, casi suicida, a tropezar con las mismas piedras, volvieron a apelar al patriotismo para enceguecer a las masas y parece que lo están logrando.
Los oídos de la gente empiezan a ser endulzados con discursos populistas y patrióticos que nos corren del realidad y nos hacen funcionales a la dictadura y sus intereses, que claro esta, no son los nuestros.

Aunque seguramente una enceguecida masa me tilde de traidor por no sumarme a un plan cuyos hilos veo, es mi obligación intentar dar luz a los mantos de oscuridad a los que nos vuelven a someter, como ya lo hicieron con Malvinas.

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